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6 señales de que le aprobarán la discapacidad

6 señales de que es probable que le aprueben la discapacidad: una guía completa

El proceso de tramitación de la Discapacidad del Seguro Social (SSD, por sus siglas en inglés) puede parecer como emprender un viaje a través de un laberinto: complicado, abrumador y emocionalmente agotador. Para muchas personas, comprender el complejo conjunto de criterios de la Administración del Seguro Social (SSA, por sus siglas en inglés) puede resultar abrumador, especialmente cuando sienten que hay mucho en juego. Después de todo, los beneficios de la SSD pueden ser el salvavidas que ayude a mantener su sustento cuando ya no puede trabajar debido a una condición médica grave. Sin embargo, hay esperanza. Al comprender los factores que aumentan sus posibilidades de aprobación, puede armarse con el conocimiento para construir un caso más sólido y mejorar significativamente sus posibilidades de obtener los beneficios que se merece.



El proceso de aprobación de la SSD implica mucho más que simplemente demostrar que tiene una afección médica diagnosticada. La SSA evalúa su caso de manera integral y busca evidencia detallada de que su afección limita sustancialmente su capacidad para realizar cualquier trabajo significativo. Si bien cada solicitud es única, existen indicadores clave que pueden reforzar su caso. En esta guía, analizaremos seis señales que muestran que es probable que le aprueben los beneficios por discapacidad, junto con algunos consejos importantes sobre cómo reforzar su solicitud.

1. Acudes regularmente a un especialista

Una de las señales más convincentes de que su solicitud de SSD tendrá éxito es si está bajo el cuidado de un especialista médico que monitorea y trata su condición de manera constante. La SSA otorga un peso considerable a la evidencia médica, y las visitas frecuentes a un especialista no solo demuestran que está controlando activamente su condición, sino que también brindan documentación crucial y continua de su discapacidad médica.


Por ejemplo, si padece una enfermedad progresiva, como la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple o la enfermedad renal crónica, las consultas periódicas con un neurólogo o un nefrólogo son fundamentales. Estos especialistas pueden proporcionar registros detallados de cómo su enfermedad afecta su funcionamiento diario, su plan de tratamiento y cómo la progresión de la enfermedad afecta su capacidad para mantener un empleo. La SSA se basa en esta documentación para determinar cómo su enfermedad afecta su capacidad para trabajar, y las visitas periódicas a un especialista a menudo hacen que su caso sea más convincente.


Además, es más probable que los especialistas estén familiarizados con los requisitos de la SSA y puedan adaptar sus notas para reflejar las limitaciones específicas que buscan los evaluadores de la SSA. Esto podría incluir información sobre su incapacidad para sentarse o permanecer de pie durante períodos prolongados, su función cognitiva reducida o los efectos secundarios de los medicamentos que está tomando, todos los cuales son cruciales para demostrar que no puede realizar tareas relacionadas con el trabajo.

2. Usted ha sido hospitalizado por su condición

Las hospitalizaciones debidas a una afección de salud física o mental son indicadores sólidos de la gravedad de su discapacidad médica. Ya sea que se trate de una estadía prolongada en el hospital o de visitas frecuentes a la sala de emergencias, estos eventos sugieren que su afección es lo suficientemente grave como para requerir atención urgente y continua.


Por ejemplo, si ha sido hospitalizado debido a una enfermedad cardíaca grave, EPOC o un episodio depresivo mayor, estos eventos indican la gravedad de su condición. La SSA considera las hospitalizaciones como evidencia concreta de que su enfermedad o lesión afecta sustancialmente su funcionamiento diario y su capacidad para trabajar. Los registros hospitalarios detallados pueden proporcionar una imagen clara de su historial médico, incluida la intensidad y frecuencia de sus síntomas.


Los registros de hospitalización también sirven como documentación de sus esfuerzos por buscar tratamiento y estabilizar su condición, algo que la SSA tiene en cuenta al evaluar las reclamaciones. Es importante asegurarse de que sus registros hospitalarios sean completos y estén bien documentados, incluidos el diagnóstico, los tratamientos administrados y la atención de seguimiento. Estos registros pueden ser un factor crucial para demostrar a la SSA que su condición ha afectado gravemente su salud y su capacidad laboral.

3. Tienes más de 50 años

La edad puede jugar a su favor al solicitar beneficios por discapacidad. Si bien la SSA no aprueba automáticamente las solicitudes de personas mayores de cierta edad, reconoce que las personas mayores, en particular las de 50 años o más, enfrentan desafíos adicionales cuando intentan reingresar a la fuerza laboral o capacitarse para un nuevo trabajo.


Por ejemplo, si tiene más de 50 años y ha pasado la mayor parte de su carrera en trabajos que exigen mucho esfuerzo físico (como la construcción, la industria o la minería), la SSA entiende que la capacitación para un trabajo sedentario puede no ser realista. En esta etapa de la vida, la curva de aprendizaje para adquirir nuevas habilidades puede ser pronunciada y los empleadores pueden tener menos probabilidades de contratar a trabajadores mayores con limitaciones de salud.


La SSA utiliza lo que se conoce como "Reglas de cuadrícula" para evaluar las solicitudes de personas mayores de 50 años. Estas reglas tienen en cuenta factores como la edad, el historial laboral y la educación. Si tiene más de 60 años, las reglas se vuelven aún más favorables, ya que la SSA reconoce que los trabajadores mayores con discapacidades graves pueden tener dificultades significativas para encontrar un empleo remunerado. Si su caso se ajusta a estas pautas, puede aumentar sus posibilidades de aprobación.

4. Tenías un trabajo físicamente exigente

La naturaleza de su empleo anterior puede desempeñar un papel importante en su solicitud de SSD. Si ha pasado su carrera en un trabajo físicamente exigente (como construcción, almacenamiento o conducción de camiones) y su condición ahora le impide realizar las tareas requeridas, esto puede jugar a su favor.


Al evaluar las reclamaciones, la SSA evalúa lo que se denomina capacidad funcional residual (RFC), que mide su capacidad para realizar diversas tareas relacionadas con el trabajo. Si su RFC demuestra que no puede levantar, transportar, permanecer de pie o caminar como lo exigía su trabajo anterior y carece de las habilidades necesarias para realizar la transición a un puesto que requiera menos exigencia física, esto puede hacer que su reclamación sea más convincente.


Por ejemplo, si sufre de dolor de espalda crónico, artritis o una lesión debilitante que le impide levantar objetos pesados, su RFC reflejará que ya no es capaz de realizar su trabajo anterior. Además, si carece de la educación o la experiencia para cambiar a un trabajo menos extenuante, como un puesto de escritorio, su reclamo se verá reforzado.

5. Su condición está incluida en el Libro Azul de la SSA

El Libro Azul de la SSA es una lista oficial de discapacidades que califican automáticamente para recibir beneficios por discapacidad si se cumplen ciertos criterios. El Libro Azul cubre una amplia gama de afecciones, desde enfermedades cardiovasculares y trastornos neurológicos hasta afecciones de salud mental y cáncer. Si su afección está incluida en el Libro Azul, puede mejorar significativamente sus posibilidades de aprobación.


Por ejemplo, afecciones como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), la insuficiencia cardíaca crónica, ciertos tipos de cáncer y la enfermedad renal avanzada se describen claramente en el Libro Azul con criterios específicos para la elegibilidad. Si sus registros médicos muestran que cumple con estos criterios, es mucho más probable que su solicitud sea aprobada. Incluso si su afección no se encuentra explícitamente incluida, aún puede calificar si su discapacidad es comparable en gravedad a una de las afecciones enumeradas.


La clave aquí es asegurarse de que su documentación médica sea completa y aborde directamente los criterios descritos en el Libro Azul. Si su proveedor de atención médica puede demostrar de manera sólida que su condición cumple o es igual a una discapacidad listada, esto puede simplificar enormemente el proceso de aprobación.

6. Careces de estudios superiores o de formación especializada

Si bien la falta de educación superior o capacitación especializada puede parecer una desventaja en muchos aspectos de la vida, en realidad puede funcionar a su favor al solicitar los beneficios del SSD. La SSA considera su capacidad para realizar la transición a otros tipos de trabajo al evaluar su solicitud y, si no tiene los antecedentes educativos o las habilidades vocacionales para realizar trabajos que exijan menos esfuerzo físico, sus posibilidades de aprobación aumentan.


Por ejemplo, si tiene un diploma de escuela secundaria pero no tiene certificaciones ni capacitación adicionales, la SSA reconoce que puede resultarle difícil encontrar empleo en un puesto más sedentario. Si su experiencia laboral es principalmente en trabajos manuales u otros campos físicamente exigentes, y su condición le impide continuar en esa línea de trabajo, la SSA lo tendrá en cuenta al evaluar su solicitud.


Además, la SSA analiza si puede volver a capacitarse para otros tipos de trabajo. Si su edad, educación o conjunto de habilidades hacen que sea poco probable que pueda realizar la transición a un puesto diferente, esto fortalece su caso para recibir beneficios por discapacidad.

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